El Valencia tuvo que esperar hasta los instantes finales para doblegar al UD Logroñés (0-2), su rival copero, en un duelo que recordó a los choques clásicos de los años noventa. El equipo riojano no es el mismo que el de aquellas épocas, y ni siquiera el campo, a un centenar de metros de donde estaba el anterior, es aquel escenario de grandes batallas futbolísticas, pero pervivía el espíritu de hermandad. Valencia y Logroñés ascendieron juntos a Primera en 1987 y desde entonces existe un trato de cercanía entre las dos aficiones, que presenciaron un duelo emocionante en Las Gaunas, porque después del gol de Gozálbez, que ponía en ventaja al Valencia en el descuento de la primera parte, el Logroñés se lanzó en busca del empate en la segunda mitad, y solo claudicó cuando Diego López puso el marcador definitivo en el minuto 87.
El Villarreal no pasó apuros para certificar su paso a la siguiente eliminatoria de la Copa frente al Chiclana, porque resolvió pronto la papeleta de jugar frente a un equipo de inferior categoría (0-5). No permitió alegrías el equipo de Pacheta, que montó una alineación poco reconocible en relación a los partidos ligueros, pero con la suficiente calidad como para superar a un grupo inferior, que quedó desactivado enseguida, con el gol de Manu Trigueros en el minuto 19.
A la media hora, el Villarreal se tranquilizó todavía más, cuando uno de sus meritorios, Ilias Akhomach, zigzagueó en el área del Chiclana para dejarle un regalo a Pascual, que empujó hacia la red.
A pesar del interés que le ponía el equipo gaditano, no le llegaba con la calidad. Reina, en su área, se limitaba a otear el horizonte y mirar lo que sucedía al otro lado del campo. Desde su posición, el veterano guardameta, presenció el tercero de su equipo, antes del descanso. Esta vez fue otra de las promesas, Romero, el que aprovechó el espacio que le dejaron en la izquierda, para ponerle un balón impecable a Trigueros.
Volvió a la carga el Chiclana en el comienzo de la segunda parte, pero ya con poco fuelle. Con el paso de lo minutos, la diferencia de categoría se hizo evidente y el equipo de Primera siguió a lo suyo. Marcó Trigueros de penalti el tercero de su cuenta y Alex Baena consiguió el quinto de su equipo después del rechace de Rafa a un disparo de Collado.
Al Granada le costó más deshacerse del Arousa (0-3). En la localidad gallega, el equipo nazarí pareció encarrilar bien el asunto cuando a los 18 minutos Callejón recibió en el área un balón largo que le sirvió Gonzalo Villar y batió a Raúl. Con el marcador a favor, el Granada tomó el mando del partido, pero el Arousa no le perdió la cara. No tuvo ocasiones claras el equipo arlequinado, pero con el resultado tan apretado podía ocurrir cualquier cosa, hasta que Weissman protagonizó la jugada inverosímil del partido, cuando el israelí recibió enfilado hacia la portería, sufrió un par de tarascadas de las que salió trastabillado, regateó al portero cuando parecía que se iba a caer, y ya sin ángulo, desde la línea de fondo, tocó el balón en lo que parecía un centro, cogió un efecto extraño y se coló en la portería. Un minuto después, Diedhiou certificó el pase de Granada con el tercer gol.
Dos partidos de la jornada del jueves fueron suspendidos por el temporal que azotó parte de la Península. El que iban a jugar la Gimnástica Segoviana y el Sestao River les pilló a los vascos de viaje hacia su destino. Acabaron de comer en Boceguillas y retornaron a casa. El Zaragoza también tuvo que darse la vuelta cuando viajaba a Valencia para enfrentarse al Atzeneta.
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