La resurrección de Airtificial con la IA | Negocios

Mario Draghi definió el euro como un abejorro, un misterio de la naturaleza que no debería volar, pero lo hace. Quizá Airtificial sea, en su estilo, algo parecido. Una empresa que ha vivido cientos de peripecias, la mayoría complicadas, pero que sigue navegando en el mercado. Este año que termina, además, lo hace en buena forma: sus títulos se revalorizan un 127%, es el segundo valor más exitoso de la Bolsa española, tras Tubos Reu­nidos (las acciones se cotizan a 13 céntimos). Surgida en 2018 de la fusión —en la práctica, rescate— del grupo de ingeniería Inypsa y la gaditana Carbures, sus accionistas mayoritarios son el experiodista Lalo Azcona (28,8%) y el empresario del sector inmobiliario Leonardo Sánchez Heredero (21,8%), dueño de varios tanatorios en Madrid.

Las agujas del reloj de Airtificial marcan ahora un récord: vale en Bolsa 160 millones de euros, todavía lejos de los 200 que se autoimpuso como objetivo cuando dio sus primeros pasos tras la fusión. La empresa tecnológico-industrial tampoco tiene entre sus proyectos el hiperloop, una cápsula de pasajeros que diseñó para la empresa HTT que viajaría gracias a un sistema de levitación a 1.200 kilómetros por hora. Su negocio se reparte en tres divisiones: la llamada Intelligent Robots, enfocada en clientes de automoción, que desarrolla productos de robótica y automatización de líneas de producción; otra división de aeroespacio y defensa que ofrece soluciones basadas en materiales ligeros (composites) y diseña piezas como mandos de control de vuelo, y una última y minoritaria en facturación, relacionada con ingeniería aplicada a infraestructuras, en especial el agua.

Guillermo Fernández de Peñaranda, su consejero delegado, sintetiza que Airtificial, que lleva años trabajando con soluciones vinculadas a la inteligencia artificial (IA), combina dos cosas importantes: experiencia y tecnología. Con una facturación de 91 millones en 2022 y de 49 millones en el primer semestre de este año, la compañía sigue perdiendo dinero (siete millones el año pasado y tres en los primeros seis meses de 2023), algo que no preocupa demasiado al ejecutivo. Su resultado de explotación (ebitda) del primer trimestre es positivo en 2,5 millones. Tras la pandemia recibió 34 millones de ayuda de la Sepi. ¿Cuándo se podrán ver beneficios? “El cuándo no es mi foco. La cuenta tiene muchas líneas, nuestra hoja de ruta se basa en crecimiento, en seguir mejorando nuestros resultados operativos. El crecimiento es la vía para lograr la rentabilidad”. Vista la trayectoria de 2023, este año superará los 100 millones de facturación.

Su plan es crecer para soportar la carga financiera (su deuda, a cierre de 2022, era de 77 millones), aunque los tipos de interés aprieten. La remodelación del consejo de administración de 2020, que vino aparejada con renovadas comisiones de auditoría, nombramientos y retribuciones, dio paso a nuevas caras en 2023: el consejero delegado ocupa el cargo desde enero, y en julio Eduardo Montes se convertía en presidente. Montes fue, entre otras cosas, director general de Alcatel, presidente de Alstom Transporte, de Ferroatlántica, de Unesa y vicepresidente mundial de Siemens AG. Ahora está, dice, encantado en la presidencia de una compañía mucho más pequeña. Cree que entre sus divisiones de ingeniería robotizada y nuevos materiales hay enormes sinergias y considera que su capacidad de crecimiento es “gigantesca”. Y agradece la actuación de la Sepi: “Palió el desastre que había creado la pandemia, ha hecho un trabajo extraordinario. Fue un préstamo bien empleado”.

Retos de futuro

El plan estratégico de la compañía quiere conseguir dos cosas: diversificar Airtificial en productos y geografías y, a la vez, ahorrar costes. Pero como cualquier tecnológica de alto valor, su actividad necesita de una importante inversión, entre otras cosas porque son intensivos en el consumo de semiconductores. ¿Quieren soplar y sorber? “Se pueden hacer ambas cosas”, resume el consejero delegado, y da como ejemplos un par de proyectos en sus dos principales divisiones en las que han conseguido nuevos productos con importantes ahorros. Creen que tienen muchas otras palancas operativas para superar las dificultades.

En automoción sus clientes son los llamados Tier 1, los mayores proveedores de los fabricantes, en Europa, la India, México o Estados Unidos. “También estamos en China, donde se focalizan los nuevos desarrollos del vehículo eléctrico. En Asia tenemos que llegar a ser muy fuertes porque es donde está la revolución”. Todo lo relacionado con la electrificación de la movilidad les ha abierto una ventana. “Estamos trabajando en inversores, que transforman la electricidad de la batería continua a corriente alterna; en motores eléctricos, en climatización de interior; en refrigeración de baterías… Es una oportunidad enorme, porque todos nuestros clientes están creando nuevos productos que necesitan ir a una velocidad muy rápida”, describe Fernández de Peñaranda.

El pasado verano, Airtificial firmó su mayor contrato hasta la fecha, de 7,3 millones, para realizar dos líneas de montaje y testeo de componentes de vehículos eléctricos e híbridos para un cliente norteamericano. En la India desarrollan un proyecto de amortiguadores para Suzuki, y en Europa están teniendo bastante trabajo con otro cliente que está invirtiendo en electrificación de sus productos. También trabajan para Tesla. “Responsables de la empresa han visitado nuestras fábricas. En México salieron muy satisfechos”.

Para el sector aeronáutico suministran componentes para aviación y ferrocarriles, tanto para clientes públicos como privados (ITP Aero, Navantia, Airbus, etcétera). Han sido contratados para desarrollar un equipo electrónico para el futuro caza europeo (FCAS). En ingeniería civil, la más pequeña de sus divisiones, están centrados en España, Colombia y Perú. Y atravesando todo el negocio está la inteligencia artificial. “Es una constante en nuestro trabajo. La usamos en aplicaciones de automatización, análisis de datos, visión artificial, sistemas de testado… La revolución actual nos lleva a que seguiremos desarrollándola e introduciéndola en la gestión del día a día”.

Están, por así decirlo, en el lugar adecuado en el momento justo gracias a sus desarrollos personalizados con ingeniería de alto nivel (la mayoría de sus 900 empleados tienen perfiles formativos altos y hay un gran número de ingenieros). Quizá sea eso lo que les ha aupado en Bolsa. Con una cartera de pedidos de casi 200 millones, Airtificial dice haber dejado atrás los problemas. El abejorro sigue volando.

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