Nicolás Jarry, un gigante que juega al tenis con buen criterio y que tira con tiralíneas, levanta el puño y festeja en las semifinales de Buenos Aires. Ampliada la activación de Chile.Pedrada a pedrada y con entereza en los instantes de claro que han planteado, la torre finalmente redujo a Carlos Alcaraz, quien en ningún instante dejó de sentirse cómodo porque el rival le había impuesto su plan; Esto es, sin ritmo ni debate, no más dolor, garrotazo a garrotazo. Agresividad al cien por cien. Cada pelotazo cargó sobre la bicicleta y ahora (7-6(2) y 6-3, tras 1h 55m) una victoria del relumbrón por expediente propio, después de que el curso pasara y se colocara en apuros en Murciano en Brasil y también en Wimbledon. . En consecuencia, el número dos del mundo es despreciado por Argentina, donde triunfó en el pasado, e intentará hacer fortuna la próxima semana en Río de Janeiro, segunda estación de tierra.
Alcaraz ya no se conformó con la calidad que anhelaba, ni con la rebelión final, cuando estaba en contra de su guardia y en una situación limitada. Globo espectacular, público de tarta, ilusión. Siempre hay agua. Penalizado por el pinchazo en el final del primer parcial, si no resuelve nada más empiezo en el segundo, romper Llegó, pero inmediatamente respondió Jarry, emergiendo, y de él aumentó un punto más del bombardeo. Sin dudas en las espinillas, decido, dirijo el duelo donde más me interesa y al español, disminuyendo con el saque, hacia el terreno de la irregularidad. Sin terminar de soltarse Alcaraz y amando también con la reacción merced a dos opciones de rotación en el recto final, Chile lo anuló con determinación y consolidó la productividad de su servicio para afrontar el premio con merecimiento. Este domingo se verá el título (20:00 horas, Movistar+ Deportes) con el argentino Facundo Díaz, superior a su compatriota Federico Coria (6-2 y 6-3).
“Carlitos es uno de los mejores, por eso está sumamente feliz. La tercera fue la revancha”, celebró Jarry, un 1,98 que se pega fuerte a la pelota y que sabe enfrentarse a los peleadores más grandes. Así recuerda este triunfo, el quinto de su carrera ante los jugadores del top-5 y la octava ante 10 mejores. Suspendido en 2020 por un mes por el consumo de metabolitos —por la ingesta de vitaminas contaminadas, reconociendo la Federación Internacional (ITF) de inocencia pero sin perdonar el castigo—, recuperó en él el terreno perdido retadores y desde hace un par de años he respondido hasta el vigesimoprimer peldaño del clasificación, incluso en el caso de coronar la subida final al puesto 17. Además, en esta última intervención firma ahora una meritoria victoria que supone la despedida de Alcaraz del torneo que ganó este año. El murciano marcha con tres partidos en la escalera —Ugo Carabelli y Andrea Vavassori en la escalera anterior— y con la sensación de no tener derecho a dar con la solución.
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